A menudo veo esta contradicción en algunas personas que entrenan con el fin de mejorar su “salud” ignorando que también son fumadores o simplemente suelen pensar que los beneficios de la práctica “compensarán” a los efectos nocivos del tabaquismo.
Para empezar me gustaría poner en contexto que en los cigarrillos de las marcas comerciales se han descubierto aproximadamente 4.000 sustancias químicas de las cuales más de 20 son cancerígenas. La nicotina es unas de las drogas más adictivas y una vez se tiene el hábito es muy resulta difícil dejarlo.Pero como afecta el tabaco a nuestro rendimiento físico?Pues nivel multisistémico ya que afecta a todos nuestros órganos y sistemas.
Entre ellos destacamos:
-Pulmones: Menos capacidad respiratoria ( al menos un 20 %), alterando la capacidad de ventilación y perfusión (paso de la sangre por el capilar para luego oxigenarse).
-Corazón: Aumentan la frecuencia cardiaca y la presión arterial por lo que cuando entrenamos aumentamos el estrés sobre este órgano con el riesgo que esto conlleva.
-Sistema vascular: Disminuye el espacio de las arterias que junto con la presencia de Monóxido de carbono dificulta el aporte de oxigeno a los tejidos corporales.
-Los bronquios disminuyen su calibre lo que el oxígeno no llega correctamente al espacio alveolar (donde es captado para la producción de energía) con lo cual durante la práctica tendremos menos energía disponible.
Así que mi consejo es que si no has conseguido dejar el hábito, como mínimo lo separes unas dos horas antes del entrenamiento y dos horas post-entreno con lo que disminuirá el impacto del tabaco tu organismo.
Para finalizar la buena noticia es que los efectos del tabaco (si no se ha llegado a una patología) son reversibles y en poco tiempo nuestro cuerpo se desintoxica y a largo plazo (entre 10 y 15 años) los riesgos de sufrir algunas de las enfermedades derivadas de esta adicción son prácticamente iguales a las de una persona NO fumadora.
El ejercicio físico es un factor clave en este proceso y resulta vital para controlar la ansiedad de dejar el tabaco y canalizar la energía.
Finalmente, la respuesta es muy sencilla: ninguna de las dos opciones es favorable para tu cuerpo y tampoco para la mejora de tu condición física, es decir no son compatibles.
Leo Moves / Domingo 04.10.2020